martes, 25 de junio de 2013

Del teatro real a los estudiantes


El calificativo de maleducado, casi por sistema, lo utiliza una parte de la clase política para desacreditar los gestos de reprobación de quienes no comparten su punto de vista. En los últimos meses el ejemplo más evidente de esto es el ministro, antes tertuliano, José Ignacio Wert. La materia que tiene entre manos, la educativa, es sin duda de las ‘más calientes’ pero su actitud de echar más leña ideológica al fuego le depara no pocos disgustos. El último en el Palacio Real de Madrid, donde en el marco de un homenaje a la gran Teresa Berganza, fue abucheado en presencia de la Reina. Seguro que en próximos días el famoso adjetivo también será atribuido a quienes protagonizaron la protesta, no obstante, el paradigma de esa mala educación, según los medios informativos patrios, ha sido el desplante, gesto o como se quiera denominar, que varios de los estudiantes más brillantes de este país hicieron al actual titular ministerial.





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Ese ademán con "tintes fascistoides", tal y como lo han denominado algunos ‘insignes periodistas’, da lugar a interpretaciones de todo tipo. Por este motivo, creo que no es malo recordar la costumbre propia, es decir, la heredada a través de la familia y de los genes o, en definitiva, lo que papá y mamá te han enseñado. En mi caso, siempre me han insistido en aquello de dar los buenos días en el portal, responder al saludo, no perder los nervios ante un gesto, precisamente, de mala educación, pero también me han inculcado el no callarse ante las injusticias y defender lo que el sentido común considera lógico en una sociedad normal. En este sentido, me atrevería a decir que la actitud del ministro, supongo que por la sorpresa ante la actitud estudiantil, respondió precisamente a los criterios que ese derecho consuetudinario familiar marca. 
La otra cara de la moneda son los estudiantes. Alumnos brillantes, los más brillantes, que deciden responder de esta manera a lo que se está haciendo con la Educación Pública. Aludiendo de nuevo a la costumbre familiar propia, el negro futuro que se presenta para estos jóvenes justifica este tipo de protesta. A esto habría que añadir el dato de que los recortes tratan de ser justificados desde un punto de vista económico escondiendo ‘cierto’ cambio ideológico. Por lo tanto, y siguiendo con las enseñanzas de nuestros progenitores, permanecer activo frente a la injusticia resulta necesario. Algo más. El gesto, incluso, honra a estos estudiantes, puesto que ellos han superado ya y con muy buenas notas las etapas educativas a las que afectan los recortes. 
Es evidente que la mala educación no termina o empieza en dar o no la mano al ministro en un acto que, como todos los que se dedican al mundo de la comunicación saben, tiene mucho de político por aquello de la foto. Por cierto, que la instantánea final de todos los premiados con Wert se produjo sin ningún problema. Por ello, a quienes hablan de mala educación por parte de estos brillantes jóvenes habría que decirles que sólo fue 'a medias'.
Y si este gesto estudiantil que, desde el Gobierno y posiciones mediáticas afines, han tildado de maleducado ¿cómo denominamos el “¡Qué se jodan!” de una diputada popular? ¿Y los abucheos a Zapatero en alguna que otra Fiesta Nacional? Y qué me dicen del regio “¿Por qué no te callas?” ante las palabras de Chávez contra el expresidente Aznar ¿Fue maleducado el Rey o el presidente venezolano con su descalificación? Sin olvidar la peineta de Aznar, que además creó escuela. Tampoco se pueden olvidar las referencias del tertuliano/televisivo del PSOE Antonio M. Carmona a hundir otro Prestige “si hace falta” o, ya que hablamos de Galicia y gallegos, la famosa frase de la máxima responsable de UPyD, Rosa Díez. En las últimas semanas se ha unido a este club el exedil del BNG por Cambados Xaquín Charlín, por sus lamentables y patéticas referencias a la vicepresidenta del Gobierno.

Ahora es cuestión de que cada uno, según su criterio, haga sus apuestas acerca de lo que es mala educación, libertad de expresión o gesto transmitido a través de los genes familiares.

*Este artículo, publicado en pontevedraviva.com, es una actualización de La mala educación también publicado en esta bitácora

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