lunes, 10 de junio de 2013

La mala educación

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Creo que era un grupo musical, o una película o... no recuerdo qué recibía el nombre que sirve para titular este artículo pero fuera lo que fuera lo tomo prestado con el único propósito de analizar, como si de un periodista se tratara, el desplante, gesto o como se quiera denominar, que varios de los estudiantes más brillantes de este país hicieron al actual ministro de Educación, José Ignacio Wert.

Realizada la correspondiente aclaración a los ojos de la SGAE, que Hacienda somos todos, toca echar un vistazo general a ese acto de "mala educación" como lo han calificado algunos, gesto con "tintes fascistoides", así lo han llamado otros (en especial los opinadores de ese periodismo 'patrio') o simplemente protesta y educada, términos utilizados por los del otro bando informativo. En situaciones así no es malo recordar la costumbre propia, es decir, la heredada a través de la familia y de los genes o, lo que es lo mismo, lo que papá y mamá te han enseñado. En mi caso, mis progenitores siempre me han insistido en aquello de dar los buenos días en el portal de tu casa, responder al saludo, no perder los nervios ante un gesto, precisamente, de mala educación, pero también no callarse ante las injusticias y defender lo que el sentido común considera lógico en una sociedad normal. De hecho, me atrevería a decir que la actitud del ministro, supongo que por la sorpresa ante el ademán estudiantil, respondió a los criterios que ese derecho consuetudinario familiar marca. 

La otra cara de la moneda son los estudiantes. Alumnos brillantes, los más brillantes, que deciden responder a lo que se está haciendo con un gesto como este. Desde mi punto de vista, y aludiendo de nuevo a la costumbre familiar propia, el negro futuro que se presenta para estos jóvenes justifica este tipo de protesta. A esto habría que añadir un dato más; los recortes que se practican en la educación pública, en las fases que estos premiados dejaron atrás hace tiempo, son injustos porque se utilizan desde un punto de vista económico para argumentar un cambio ideológico. Por lo tanto, y siguiendo con el repaso a lo que nos enseñaron en materia de educación nuestros padres, permanecer activo frente a la injusticia resulta incluso necesario. Desde mi punto de vista el gesto honra a estos estudiantes; quizás su actitud sirva para defender a otras generaciones más jóvenes, puesto que las etapas educativas a las que afectan los recortes y la nueva ley, las han superado. 

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Es evidente que la mala educación no termina o empieza en la postura de dar la mano al ministro en un acto que, como todos los que se dedican al mundo de la comunicación saben, tiene mucho de político por aquello de la foto. Por cierto, que la instantánea final de todos los premiados con Wert se produjo sin ningún problema, más allá de las camisetas verdes que simbolizan la defensa de la educación pública. Por ello, a quienes hablan de mala educación por parte de estos brillantes jóvenes habría que decirles que sólo fue 'a medias'.

Llegados a este punto es bueno recordar gestos, ademanes, tics, actitudes o como quieran denominarlos, que en los últimos tiempos se han dado en nuestro país. 

El ¡Qué se jodan! de una diputada popular, que a lo mejor también cumple con el tipo de educación familiar.

Los abucheos a Zapatero en alguna que otra Fiesta Nacional. Se definieron como una muestra de malestar de la ciudadanía.

El real ¿Por qué no te callas? ante las palabras de Chávez contra el expresidente Aznar. ¿Qué era más maleducada la reacción del rey o las descalificaciones del difunto presidente venezolano?

La peineta de Aznar, muy repetida entre las filas de su partido, como la de Bárcenas o la del senador por Guadalajara De las Heras, este último, precisamente, ante protestas de profesores. 

Las referencias del tertuliano/televisivo del PSOE Antonio Miguel Carmona al Prestige y a la actitud de los gallegos. 

Y ya que hablamos de gallegos, la famosa frase de la máxima responsable de UPyD, Rosa Díez.

Ahora es cuestión de que cada uno, según su criterio, haga sus apuestas acerca de lo que es mala educación, libertad de expresión o gesto transmitido a través de los genes familiares.

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