viernes, 21 de junio de 2013

Día grande en casa: las notas de Paula

Nos hacemos mayores. Ellos, nuestros hijos, y nosotros, sus padres. Ayer, y hoy porque termina el curso, fue un día importante para Paula. Trajo a casa las primeras notas correspondientes a todo un año. Ha sido su debú en lo que ella llama 'el cole de mayores'. Recuerdo sus primeros días, cuando aún no había cumplido 3 años allá por el mes de septiembre del año pasado. Ese estreno no fue todo lo satisfactorio que ella hubiese deseado porque, durante esas primeras jornadas, no recuerdo si tres o cuatro, su única preocupación era que "no me dejan estudiar. La profe Lola no me da cosas para estudiar, papá". Ante ella, y ejerciendo de padre responsable y comprensivo, trataba de hacerle entender que ya estudiaría. En casa, con mi mujer, la baba caía a chorros. "Es increíble, con casi tres años y ya pide poder estudiar. ¡Qué hija más lista!". En realidad, sabíamos que, seguramente en su etapa de escuela infantil, su antigua profesora por aquello de lograr una transición al 'cole de mayores' menos traumática le diría algo así como "ya veréis qué bien os lo vais a pasar. Y allí aprenderéis más cosas porque estudiaréis mucho...". Supongo que la explicación a aquellas frustraciones neoescolares responderían a algo así pero... los papás tendemos a creer que nuestros vástagos son, no solo listos, sino ¡listísimos!

En líneas generales las cosas han ido muy bien para Paula, como bien lo reflejan las notas que, por si no lo he dicho, ¡menudas notazas!. Que sí, que es verdad que no son calificaciones propiamente dichas pero haciendo una interpretación totalmente 'objetiva' lo obtenido por mi hija es, como mínimo, de matrícula de honor. Más allá del desproporcionado orgullo paterno, lo cierto es que el curso ha transcurrido muy bien, y eso a pesar de los recortes en la educación pública que... dejémoslo ahí que si no me voy a la política y este post no va de eso. Paula ha aprendido, como a ella ya le habían anunciado sus anteriores maestras, muchas cosas. En un año duro para la educación, que se ha notado además en un colegio público como al que acude, la nota para el centro (que por cierto es el San Blas de Cabanillas del Campo) es de sobresaliente. 

En estos meses de formación, que de la educación nos tenemos que encargar los papás, como de los Reyes Magos, creo que Paula también ha aprendido un poco de la vida. ¿Por qué digo esto? Pues porque la hemos hecho partícipe de algunas protestas contra los recortes en la educación pública tratando de explicarle los motivos de las mismas. Este es el punto en el que muchos dirán "venga, que ya estamos adoctrinando a los pequeños para el futuro". Como periodista y padre respondo que hay valores que no se pueden perder y la educación pública encierra muchos de ellos. Si la atacan hay que defenderla y si no ocurrirá lo previsto para el próximo año, es decir, en el caso de Infantil menos profesores, menos maestros de apoyo, menos becas comedor, menos calidad y, por tanto, más desigualdad. Lo siento, vuelvo a meterme donde no me llaman. 

El primer curso de Paula ha sido el de las primeras peleas en el cole, el de las primeras 'palabrotas' como el día que íbamos en el coche y suelta "Papá, hoy fulanito de tal (no digo el nombre porque los padres para esto somos muy sensibles y el tal fulanito tiene papá) le ha dicho a menganita (idem) que es una 'hijasputa'", así tal cual. Cara de póker, sonrisa disimulada y papel de padre responsable. La reacción los que tienen hijos ya saben cuál es: "eso no se dice, es muy grave, no se puede llamar a alguien algo así...". "Es un pecado muy grande", versión católica. Pero claro, un día te sucede algo tan, tan, tan grave como que se te cae un poco de café al suelo, hecho calificado pecado mortal por los fundamentalistas cafeteros, y sueltas una barbaridad por la boca sin percatarte de que ella, Paula, está ojo (y oído) avizor. "Papá, eso no se dice. Es una palabrota". Y tú con cara de pánfilo le pides perdón y metes la cabeza bajo tierra... 

En resumidas cuentas, Paula ha completado un curso, el primero en 'el cole de mayores' y de manera satisfactoria. Por delante quedan para ella meses de juegos, de descanso, de piscina, de Galicia, de... estrés, de mucha piscina, de películas de Disney, de... todo esto para mí y el resto de papás. En fin, unos meses estivales de lo más moviditos.

Por cierto, no sé si había comentado que mi hija, la pequeña Paula, ha sacado unas notas impresionantes. Por que lo de las becas está ahí, en el aire con el gran Wert, que si no me atrevería a decir que ya le correspondería una. Ya sabéis, orgullo paterno. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario