martes, 14 de mayo de 2013

El verdadero plan: la conquista de Alemania

Es evidente que tenemos un plan. No tan chabacano como el que plantea Mourinho para irse del Real Madrid (por eso no lo doy por hecho) y ahorrarse la penalización. O como el que plantean algunos 'malos economistas' para salir de la crisis a base de inyectar dinero, reforzar la posición de la clase media para incentivar el consumo y otras medidas claramente intervencionistas frente a fantásticas hojas de excel perfectamente manip... elaboradas. Ni siquiera como el de los malos estudiantes para pasar de curso sin haber hincado los codos durante todo el año. Me atrevería a decir que el plan que
tiene España no va hacia donde muchos piensan, es decir, plantear el peor panorama posible para que luego los gurús de la política vuelvan a dar muestras de lo que vale un peine con acciones que nos salven de la quema. 

Hace unos 10 años había en Madrid 400.000 gallegos censados, y un buen puñado que aún mantenían su conexión con la tierriña a través de su inscripción allí, tal vez por aquello de la morriña y de que los gallegos, casi siempre, buscamos regresar, aunque sea a morir, a nuestro lar. Entonces escuché a algún oriundo que en realidad lo que perseguían los gallegos era la conquista de la capital como primer paso. El resultado: Mariano Rajoy presidente; Pepe Blanco (ahora denostado) en la cúpula del PSOE y el denominado (la verdad es que no en un sentido muy amable) 'clan de los gallegos' dominando la información en el primer grupo de comunicación del país. 

Es cierto que ahora mismo las cosas no discurren por cauces propicios para la toma galaica de la capital, pero el intento, dirán muchos, mereció la pena y para muestra la consecución del título de presidente del Gobierno por un pontevedrés

El plan: de las mamandurrias al 'picoteo en Flandes'
El plan, pergeñado desde la cúpula del Estado (no doy nombres porque si no todo se sabría) se centra en una idea similar a la propiciada por los gallegos. Alemania en la actualidad es el motor de Europa. Es cierto que ahora mismo ese motor parece diésel pero de los de antes y el viejo continente se encuentra casi gripado. Dejando a un lado estas cuestiones sin importancia, la gran Alemania es la que manda y todo lo que su canciller, Angel Merkel, dice 'va a misa'. ¿Cómo podemos dar la vuelta a la tortilla? Muy simple, conquistando ese país. 

Muchos, en este punto de la película, pensarán que todo es una broma, similar a los argumentos que buscan justificar recortes con la 'herencia recibida' (por cierto, sobre este particular dogma de fe para algunos es recomendable la lectura de este artículo de Joaquín Estefanía). Ni mucho menos. Si España en décadas pasadas y gracias a la emigración logró salir del atolladero económico en el que se encontraba (lo de las ayudas americanas y otras cosas son mamandurrias), por qué no lo va a lograr ahora mismo con unos jóvenes mejor formados y con idiomas. El desarrollo de la estrategia pasa por enviar el mayor número posible de españoles a Alemania. La mayor parte de ellos encontrarán trabajo, con lo que la cifra de paro aquí disminuye o no aumenta; aquellos que no consigan el maná laboral no pueden regresar, con lo que el dato de desempleo allí se incrementa. Es un primer paso fundamental porque el siguiente, el arraigo en tierras germanas, se alcanza con 'la gorra', no en vano llevamos en los genes eso de buscarnos la vida lejos de nuestra madre patria (y si no basta echar un vistazo a los bares de tapas españolas repartidos por el mundo, esas son las verdaderas embajadas). Es lo que se podría denominar 'el picoteo en Flandes' que dará sus frutos dentro de unos 30 años. Para entonces, España ocupará su sillón en los grandes centros de decisión y los apellidos Fernández, Gómez, García o Rodríguez serán sinónimo de prosperidad y poder en aquellas tierras. 

No es una utopía. Estoy seguro de que cuando la ministra de Empleo más lúcida y trabajadora de la democracia, Fátima Báñez, habló de "movilidad exterior" se estaba refiriendo a esto. Tampoco hay que dar más pistas porque, esto no se lo vamos a negar, los alemanes son muy listos

Dos ejemplos de que el proceso está en marcha son; por una parte, que el número de nacionales que ya está en aquellas tierras es idéntico al de la década de los 70; por otra, que como nosotros hasta ahora, empiezan los germanos a destacar en deportes que teníamos copados. Para muestra la final de la Champions League. Lo dicho, la conquista ha comenzado. El plan del Gobierno está en marcha.
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