jueves, 14 de febrero de 2013

No hija, eso no se hace

- Papá ¿por qué esa señora aplaude?
- Hummm
- Mira, ahora echa besos. ¿A quién?
- Verás Paula ¿sabes cuando papá te dice que uno no debe reírse de nadie o cuando hablamos contigo?
- Sí.
- Pues en este caso es algo parecido. Esa señora ha hecho algo parecido a cuando tú te portas mal y papá y mamá se enfadan.
- Vale... Es muy rubia, parece una muñeca.


Es evidente que un informativo no es lo mejor para la educación de un hijo, sobre todo en estos tiempos. Por eso hija, en primer lugar, si algún día lees esto, te pido disculpas. Sin embargo, en ocasiones sirve para que los pequeños también extraigan sus conclusiones. Es muy complicado, lo reconozco, tratar de controlar las emociones ante una provocación como la mostrada por la Delegada del Gobierno en Madrid. Es muy difícil aunque debe y puede hacerse en presencia de un niño e, incluso, dar la vuelta a la tortilla, utilizándola para mostrar a un pequeño lo que es una imagen patética y propia de alguien que carece de la mínima ética. 

La actitud de Cristina Cifuentes es deplorable porque con el cargo que ostenta uno debe estar a la altura de las circunstancias, algo que la representante del Gobierno central en la Comunidad de Madrid no ha sabido demostrar en varias ocasiones. Si todos adoptásemos su misma postura esta entrada estaría plagada de insultos y palabras malsonantes; sería además más sencillo y lograría que, por una vez, entraran en esta bitácora más de dos personas. 

Pero no voy a caer en sus provocaciones. Ni mucho menos. Debería ser consciente la Delegada del Gobierno que la ciudadanía, esa 'chusma' que la ha puesto en su cargo y que, además, le paga un generoso salario, está hastiada, cansada, aburrida e indignada por todo lo que está ocurriendo en este país. En esta ocasión no voy a generalizar porque, sinceramente, no toda la clase política, ni mucho menos, es maleducada y provocadora. Estos calificativos se los dedico hoy a este cargo público que utiliza el argumento de la mofa y el vacile como el más válido para contestar a los críticos. Hace unos días, María Dolores Cospedal fue sorprendida en plena calle por un grupo de trabajadores de Telemadrid que la increparon. Su respuesta fue continuar. ¿Qué calificativos se ganaría ZP si cuando recibía silbidos e insultos en la celebración de la Hispanidad se dedicase a aplaudir y lanzar besos o peinetas?

La paciencia de los españoles está llegando al límite y Cristina Cifuentes ha traspasado una línea que un político nunca podría rebasar como es la del respeto, con actos y palabras, a los ciudadanos. 

Así que hija, ya sabes, a veces los mayores son profesores de la mala educación. Aplaudir y mofarse de las desgracias ajenas o soltar un ¡Qué se jodan!, no es lo correcto. Ese talante es propio de alguien que se cree por encima del bien y del mal o de un incompetente como ser humano  

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