miércoles, 16 de enero de 2013

Suiza, 18ª CCAA española

Las relaciones de España y Suiza, más allá de otras cuestiones, se remontan a las décadas en las que nuestros abuelos y padres emigraban para tener un futuro y ofrecérselo a sus seres queridos. Eran los años 50, 60 y 70. Por entonces, las cuentas en el paraíso fiscal que siempre ha sido el país helvético (de ahí su negativa a entrar en guerras, para qué, ellos son amigos de todos... los que tienen dinero) eran exclusivas de gente poderosa; daban igual banderas o nacionalidades. 

Los españolitos sólo estábamos allí para limpiar (en sentido literal) esos bancos donde se encontraba el capital, los hoteles en los que se alojaban quienes hacían viajes relámpago o las casas de los que, debido a sus constantes idas y venidas, directamente establecían su residencia en el céntrico estado europeo. Gran descripción la que hizo Carlos Iglesias en su film Un franco, 14 pesetas

¡Cómo ha cambiado la película! Tras conocerse hoy mismo que el extesorero del Partido Popular llegó a controlar hasta 22 millones de euros en cuentas ubicadas en entidades bancarias suizas, uno llega a la conclusión de que aquel país, por acción u omisión, se ha convertido en la 18ª comunidad autónoma española. 

Políticos catalanes, empresarios chuscos madrileños, potentados orientales 'castizados' y... políticos, junto con miembros (directos o indirectos) de la realeza, forman parte de la fauna que confía en aquellos lares para guardar sus ganancias. Pues sí que ha involucionado la cosa. 

Todo esto a bote pronto me sugiere dos conclusiones. La primera tiene que ver con las autoridades helvéticas (políticas y económicas). Es evidente que ya no tienen el control del que siempre han hecho gala (como se diría en mi tierra, al fin y al cabo, todo o que ven a rede é peixe); basta echar un vistazo a los "nuevos clientes", Correa, por ejemplo. Desde luego, han reducido el criterio de la exclusividad.

La segunda: como sigan los jueces tirando de la manta resultará que la expresión ´herencia recibida´ se referirá, en realidad, a las conexiones de políticos hispanos con las cuentas suizas. Habría que decirles (alguien debería encargarse de ello) que esta no es la mejor mejor manera de hacer Marca España. 

Sin embargo, tampoco descarto que mañana algún medio de comunicación, argumentando una especie de razón patria, salga diciendo que, en realidad, todas estas operaciones económicas son por el bien del país, del nuestro, y sólo persiguen guardar a buen recaudo los dineros frente a los espectuladores. 

Al final, Carromero for president, con Farruquito, Correa y ´el Albondiguilla´ de vicepresidentes. Si Hervé Falciani hace pública la lista de defraudadores españoles en bancos helvéticos que asegura poseer, dispondremos de una cantera envidiable de políticos para la próxima década. Qué pena de país.

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