A propósito de todo lo que está rodeando al PP, a su extesorero Bárcenas y el presunto pago de cantidades a cargos del partido, la SER tiraba de hemeroteca para recordar un caso de 2004 ocurrido en una cafetería situada en el municipio salmantino de Santa Marta de Tormes. Según ha recordado estos días la todavía cadena del Grupo PRISA, un diputado popular se dejó olvidado, tras una reunión, un sobre que contenía 24.000 euros (por cierto, que su señoría ya lo ha desmentido diciendo que en realidad eran 1.800 euros para regalarle un anillo a su esposa).
Mucha gente se ha escandalizado por la noticia y, sinceramente, todavía trato de entender por qué. Es cada vez más habitual ir a hacer la compra con billetes de 500, sí los famosos Bin Laden de antes y que ahora bien podrían ser renombrados como los 'Belén Esteban', por aquello de que están hasta en la sopa.
Sin ir más lejos, ayer mismo acudí al Mercadona a adquirir los productos básicos para la supervivencia de mi familia y aboné la factura de 33,58 euros con uno de 500. Hace unos años, todos los establecimientos advertían de la imposibilidad de pagar con uno de los 'moraos', pero las cosas han cambiado. Es más, la mujer que iba delante de mí también tiró de uno de ellos e, incluso, solicitó a la cajera que le cambiase otro para "el parking", que pensé yo "o tiene muchos coches o aparca y se olvida de recogerlos".
Las cosas han cambiado, tal y como comprobamos estos días en la prensa (por cierto, en la 'tablet', que el papel mancha y es demasiado... engorroso. Ahora manda lo 'cool'). Vemos, oímos (en ocasiones también escuchamos) y leemos en los diferentes medios de comunicación hablar de dinero lo que es, sin duda, reflejo del estado económico de nuestro país. Dinero a espuertas, por todos los lados, a todas horas... y los billetes de 500 ya no los llevamos en carteras, ¡para qué!, ahí, en sobres, que son más fáciles de manejar.
Corre ya el rumor de que Carolina Herrera y Loewe preparan sus colecciones de sobres para primavera y verano. Y si todo esto no lo creen ¿Por qué entonces Mercadona abre establecimientos tanto en Carabanchel Alto, como en la milla de oro de Madrid?
¡Pues claro! Los billetes morados ya no son cosa sólo de potentados que pierden sobres con dinero.
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