viernes, 4 de enero de 2013

2013, un año de esperanza


A punto de volver as terras do interior, cuando 2013 acaba de comenzar, me complace decir que este año, el que termina en 13 y en contra de lo que dicen los agoreros, va a ser un año de esperanza. Y muchos se preguntarán ¿Por qué esta afirmación?

No prestaremos atención a las cifras del paro, las más altas de la historia aunque en diciembre haya descendido. No atenderemos a la constante labor privatizadora, perdón, “externalizadora” de algunas comunidades autónomas en materia de Sanidad. No nos fijaremos en el desmantelamiento de la Educación Pública, porque, hay que ser realistas, todos lo que hemos estudiado en ella somos inep… estamos peor preparados y lo mejor es restarle recursos para dedicarlos a la concertada o privada, y si es con tintes ultrareligiosos, mejor (es que ellos sí que luchan y enseñan los valores verdaderos). No nos dejaremos llevar por las voces que denuncian un desmantelamiento del estado del bienestar, porque todo es mentira. Esta clase política lo hace por nuestro bien.

2013 tampoco será malo en un plano estrictamente económico, ya que la prima de riesgo cuando gobernaban los ‘listos’ que precedieron a Mariano era inferior pero de peor calidad; ahora está en 360/400 pero es el anticipo de que nos paguen cuando busquemos dinero para financiarnos. Tampoco nos pararemos en el hecho de que a los funcionarios les han quitado la paga extra, pues finalmente ha descendido el paro en diciembre. Hubo quien aseguró que iba a afectar a las compras navideñas pero el exceso consumidor propio de estas fechas ha provocado incluso más ventas, de ahí las contrataciones (por cierto, no serán temporales puesto que a finales de este año volverán, es decir, esos empleados de supermercado son “fijos discontinuos”).  A propósito, que los empleados públicos empiecen a valorar el quedarse sin extra de julio porque, sin que ellos lo sepan, a la larga, ayuda a incentivar el consumo y, por ende, la economía.

Tampoco haremos caso al rojerío que sólo ve el vaso medio lleno, o vacío,  en materia de lo que sea, porque llevan en la sangre lo de protestar por todo. Siempre ven las cosas mal y no hay manera de que modifiquen su punto de vista, ni siquiera cuando nuestra balanza comercial alcanza cotas históricas. Ante esto argumentan que es lógico, dado que si no importamos y seguimos exportando, cuestión de matemáticas,  es normal que ese parámetro mejore. ¡Paparruchas!

En realidad, y dejando de lado todo este argumentario interesado, 2013 será un año de esperanza, de Esperanza Aguirre. Sí, porque la ‘lideresa’, en contra de lo que muchos dijeron cuando hizo una pausa en su prolífica carrera política para regresar a su puesto de funcionaria (sin paga extra de Navidad), ha regresado; y lo ha hecho con fuerza, para respaldar a uno de sus cachorros, Carromero, cuyo ingreso en una cárcel de Segovia responde a una conspiración judeo-masónico-comunista. Ella lo ha dejado claro: en un país democrático como el nuestro, nadie va a la cárcel por algo así. Es su regreso a los informativos de televisión, a las primeras páginas de los periódicos, a los ‘boletos’ de radio. Es ella, la mujer que se dedica a la cosa pública, la que mejor maneja los tiempos y las claves de la comunicación. 

Ante esto me surgen dos cuestiones:

La primera es que Mariano Rajoy se prepare porque a dos años de las municipales, Esperanza, ‘nada gallega’ ella, reaparece (si es que se ha ido en algún momento) y lo hace con fuerza.
 
La segunda es que Farruquito se estará tirando de los pelos por no estar afiliado a algún partido político.

*Artículo publicado en www.pontevedraviva.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario